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La Diversidad Poblacional en la preparación para la Respuesta Humanitaria​

De iMMAP-Colombia Wiki

Revisión del 02:45 9 abr 2024 de Jcacique (discusión | contribuciones) (Género)
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  • En todo el ciclo de la respuesta humanitaria, la consideración de la diversidad poblacional es fundamental. ​
  • Un enfoque basado en riesgos realmente efectivo debe tener en consideración la variedad de grupos poblacionales.​
  • Integrar las necesidades diversas de estos grupos en cada fase del proyecto asegura una acción humanitaria integral y efectiva. ​
  • Este enfoque centrado en las personas no solo refleja la complejidad de las situaciones de riesgo, sino que también promueve respuestas más inclusivas y representativas de todas las personas afectadas o en riesgo.
  • Para los datos generales sobre edad es recomendable utilizar las mismas franjas que los sistemas nacionales de recopilación de datos. Si no existen franjas nacionales de edad el Manual Esfera recomienda.
  • Desglosar los datos en la medida de lo posible en categorías apropiadas al contexto con el fin de conocer las diferencias en función del sexo o la edad, la discapacidad, la geografía, la etnia, la religión, la casta o cualquier otro factor que pueda limitar el acceso a una asistencia imparcial.

Edad: Personas Mayores

Las personas mayores son un sector de la población que crece rápidamente en la mayor parte de las comunidades, aunque a menudo se descuidan en las respuestas humanitarias.​

En muchas culturas, la consideración de persona mayor se asocia a determinadas circunstancias (como la de ser abuelo) o síntomas físicos (como el cabello cano), en lugar de a la edad. ​

Si bien son muchas las fuentes que definen la vejez a partir de los 60 años de edad en adelante, la edad de 50 años puede ser más apropiada en los contextos en que se produzcan crisis humanitarias.​

Las personas mayores aportan conocimientos y experiencia en estrategias de afrontamiento y actúan como personas cuidadoras, gestoras de recursos, coordinadoras y generadoras de ingresos. ​

Suelen encarnar las tradiciones y la historia, y actuar como puntos de referencia culturales.​

El aislamiento, la debilidad física, el colapso de las estructuras de apoyo familiar y comunitario, las enfermedades crónicas, las dificultades funcionales y el deterioro de las capacidades mentales pueden aumentar su vulnerabilidad en los contextos humanitarios.

Discapacidad

Aproximadamente el 15% de la población mundial vive con alguna forma de discapacidad. ​

Entre las personas con discapacidad se incluyen a aquellas que tienen deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.​

En los contextos humanitarios es más probable que las personas con discapacidad se enfrenten a barreras y obstáculos al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, y las instalaciones o servicios humanitarios. ​

Los riesgos para las mujeres y las niñas con discapacidad pueden verse agravados por la desigualdad de género y la discriminación.

Género

  • Hace referencia a las diferencias socialmente establecidas entre los hombres y las mujeres durante su ciclo de vida.
  • Esto puede cambiar a lo largo del tiempo, dentro de las culturas y entre las mismas, y en función del contexto.
  • El género suele determinar los distintos roles y responsabilidades, el poder y el acceso a los recursos de las mujeres, las niñas, los niños y los hombres.
  • Las crisis pueden ser una oportunidad para abordar las desigualdades de género y empoderar a las mujeres, las niñas, los niños y los hombres.
  • El género no es lo mismo que el sexo, que hace referencia a los atributos biológicos de una persona.
  • El género no significa “solo mujeres”. Si bien las mujeres y las niñas se enfrentan a menudo a restricciones asociadas a los papeles asignados a cada género, los hombres y los niños también se ven influenciados por estrictas expectativas de masculinidad.

Edad: Niños, niñas, adolescentes y jóvenes

  • NNAJ representan un sector significativo de cualquier población afectada por una crisis, pero suelen ser menos visibles. Sus capacidades y las necesidades varían en función de su edad biológica y su etapa de desarrollo. ​
  • Deben adoptarse medidas especiales para garantizar que se les proteja de lo que pueda causarles daño y que tengan un acceso equitativo a los servicios básicos.​
  • Durante las crisis, NNAJ se enfrentan a riesgos potencialmente mortales, entre ellos, la malnutrición, la separación de sus familias, la trata, el reclutamiento en grupos armados y la violencia o los abusos físicos o sexuales, y todos ellos exigen una actuación inmediata.​
  • Los riesgos de protección suelen estar formados por varios factores. ​

Ejemplos:

  • Es más probable que adolescentes y niños jóvenes sean reclutados como soldados por fuerzas o grupos armados o que participen en las peores formas de trabajo infantil. ​
  • Es más probable que las niñas adolescentes sean reclutadas como esclavas sexuales o que se trafique con ellas. ​
  • Es más probable que los NNAJ con discapacidad sufran de abandono o descuido.​
  • Las niñas con discapacidad requieren una atención especial porque tienen mayor riesgo de sufrir violencia sexual, explotación sexual y malnutrición.

Género: Personas LGBTQ+​

  • Las personas identificadas como lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer o intersexuales (LGBTQI) suelen correr un mayor riesgo de discriminación, estigma y violencia sexual y física.​
  • Pueden enfrentarse a barreras al acceso a la atención de salud, la vivienda, la educación, el empleo, la información y las instalaciones humanitarias. ​
  • Por ejemplo, las personas LGBTQI suelen sufrir discriminación en los programas de asistencia, tales como el alojamiento de emergencia o la distribución. ​
  • Estas barreras afectan su salud y supervivencia y pueden acarrear consecuencias a largo plazo en términos de integración.

Género: Violencia Basada en Género​

  • Describe la violencia basada en las diferencias de género entre hombres y mujeres. ​
  • Pone de relieve el modo en que la desigualdad entre hombres y mujeres es la base de la mayor parte de las formas de violencia ejercida contra las mujeres y las niñas en todo el mundo. ​
  • Las crisis pueden intensificar numerosas formas de violencia de género, incluida la violencia contra la pareja, el matrimonio infantil, la violencia sexual, explotación laboral sexual infantil y la trata.


Género, edad y sensibilidad ante la diversidad​

  • La ayuda debe tener en cuenta el género, la edad y la diversidad para ser eficaz. ​
  • Una comprensión amplia de las vulnerabilidades debe adoptar un enfoque intersectorial, teniendo en cuenta los múltiples aspectos de la diversidad, que pueden entrecruzarse con el género produciendo discriminación múltiple y exacerbación de la vulnerabilidad.​
  • Estos aspectos influyen en el impacto que las crisis tienen en las personas, ya que afectan tanto a las vulnerabilidades como a las capacidades, y por lo tanto a su exposición al riesgo. ​
  • Esto significa que la valoración del riesgo y las medidas de preparación y respuesta asociadas deben tener plenamente en cuenta las características particulares de los diferentes grupos (edad, género, discapacidad, origen étnico, condición social, etc.) y sus circunstancias (zonas rurales, urbanas, desplazamiento, riqueza e ingresos).
  • Es fundamental reconocer la diversidad dentro de las comunidades mediante la recopilación y uso de datos desagregados por sexo, edad y capacidad que sirvan de base para los programas. ​
  • Esto ayudará a garantizar que los riesgos y las necesidades de los diferentes grupos estén cubiertos, dándoles voz en las decisiones que afectan sus vidas. ​
  • Aunque en ocasiones, los datos poblacionales son difíciles de encontrar o de determinar, los datos desglosados mostrarán las distintas necesidades y el impacto de las acciones en los distintos grupos. ​
  • Pueden indicar quiénes corren mayor riesgo y mostrar si son capaces de utilizar y de acceder a la asistencia humanitaria, o si es necesario hacer más para llegar a ellos. ​
  • Desglosar los datos en la medida de lo posible categorías apropiadas al contexto con el fin de conocer las diferencias en función del sexo o la edad, la discapacidad, la geografía, la etnia, la religión, la casta o cualquier otro factor que pueda limitar el acceso a una asistencia imparcial.

Personas que viven con el VIH​

  • Conocer la prevalencia del VIH en un contexto específico es importante para comprender las vulnerabilidades y los riesgos, y para formular una respuesta eficaz.​
  • El desplazamiento puede aumentar las vulnerabilidades al VIH, y es previsible que las crisis causen alteraciones en la prevención, las pruebas, la atención, el tratamiento y los servicios de apoyo. ​
  • Esto puede verse agravado por la desigualdad de género y la discriminación basada en la situación de discapacidad, la identidad de género y la orientación sexual, lo que puede disuadir a las personas que viven con el VIH de buscar servicios en una crisis. ​
  • La violencia, la discriminación y las estrategias de afrontamiento negativas, como el comercio sexual, aumentan la vulnerabilidad a la transmisión del VIH, especialmente para las mujeres, las niñas y las comunidades de LGBTQI. ​
  • Las personas que viven con el VIH tienen derecho a vivir con dignidad, sin ser objeto de discriminación y deben tener un acceso no discriminatorio a los servicios.​