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Conflicto social

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El término conflicto social se refiere a una forma de conflicto generalizado entre grupos sociales relevantes que constituyen una sociedad. Una definición generalmente aceptada de conflicto en el sentido sociológico es la ofrecida por Lewis A. Coser para quien es una lucha por los valores y por el estatus, el poder y los recursos escasos, en el curso de la cual los oponentes desean neutralizar, dañar o eliminar a sus rivales. Un conflicto entre grupos pasa a ser un conflicto social cuando transciende lo individual o grupal y afecta a la propia estructura de la sociedad<ref> Lewis Free Press, 1956. ~Coser es generalmente considerado el iniciador moderno del estudio del conflicto. Ver Teoría del conflicto </ref> o a su funcionamiento. Para Ralf Dahrendorf, el conflicto es un hecho social universal y necesario que se resuelve en el cambio social. La posición de Dahrendorf se puede trazar a Hobbes.

Variantes del concepto

Variantes de la concepción de conflicto social dependen sobre asunciones más generales o básicas sobre la sociedad o naturaleza humana. Para versiones "moderadas" del conflicto, este no sólo coexiste sino tiene un papel compartido con la cooperación para establecer estabilidad o cohesión social (ver, por ejemplo, costumbre) Estas visiones permiten a percepciones funcionalistas o estructuralistas construir teorías del conflicto que conciben tanto el conflicto mismo como otras instituciones "negativas" como poseyendo un rol social en la mantención y evolución de ella y sus instituciones.<ref>Plantilla:Cita libro</ref> (en que ese conflicto, si es propiamente controlado (ver, por ejemplo, negociación), se transforma en fuente de innovación y evolución cultural)

Visiones más radicales se pueden trazar a la visión original de Hobbes, de acuerdo a quien la sociedad está en cambio constante y es integrada por elementos contradictorios. Ese cambio social y esos elementos contradictorios obvian la necesidad de explicar el cambio social pero necesitan una de la estabilidad o permanencia de las instituciones. Esta se encuentra en la coacción. Esto a su vez da origen a dos visiones: la clásica o conservadora, de acuerdo a la cual esa coacción da, o puede dar, origen a abusos de poder, que deben ser aceptados a fin de garantizar el buen funcionamiento social (posición de Hobbes mismo). Dentro de esta posición general hay visiones más moderadas que abogan por un estado que mejore las condiciones o abusos más extremos a fin de evitar revoluciones. (ver Lorenz von Stein) (cabe notar que una de las diferencias principales entre Hobbes y von Stein -diferencia de la que von Stein estaba perfectamente consciente- es que entre los periodos que ellos vivieron sucedió la Revolución francesa<ref> ver, por ejemplo, Diccionario filosófico Génesis histórica de la idea de Estado de derecho </ref>)

La segunda versión de la visión radical es la de Marx. Para él, las contradicciones sociales de Hobbes existen sobre una base fundamental: la objetividad económica. Este conflicto central se expresa o tiene repercusiones en la superestructura social, por ejemplo, en la ideología (ver lucha de clases). De acuerdo a Marx este conflicto no puede ser, tratese como se trate, ameliorado sino que, por el contrario, es uno que se agudiza.

Otros seguidores de esta segunda versión de la teoría conflictista radical son C.W. Mills de acuerdo a quien las contradicciones o coacción de Hobbes genera "elites del poder". El mismo Lewis A. Coser y Ralf Dahrendorf, además, Oscar Lewis, Anthony Giddens, Alain Touraine, etc.

Se debe hacer una mención especial de Max Weber para quien esas consideraciones significan que el Estado (que Weber concibe como teniendo el monopolio de la fuerza) va, inevitablemente, hacia una estructura racional-legal de la autoridad, utilizando una estructura burocrática a fin de ganar aceptabilidad. Sin embargo, para él, la política se deriva inanbigüamente del poder (entendido como la capacidad de tomar decisiones e imponerlas a otros), política se entiende como cualquier actividad a la que puede dedicarse el estado para influir sobre la distribución relativa de fuerza. La cuestión central es la transformación de esa fuerza de violencia desnuda en fuerza legitima, lo que se logra, como se ha dicho, a través de la construcción de estructuras burocráticas, es decir, reguladas y sustentadas.

Aunque Weber no negó que el orden económico determinase el orden social y político, la concepción weberiana de las clases económicas es más amplia que la marxista, en que la pertenencia a clases no se determina solamente por la posición en relación al medio de producción que los individuos posean. Weber introdujo tres dimensiones a lo largo los cuales se estratifica socialmente a los individuos, incluyendo el estatus y un sistema de estratificación de acuerdo con el consumo de bienes (ver Estratificación social). Sin embargo, una vez que un grupo o clase ha obtenido un estatus elevado a través de ciertos logros, sus miembros tienden a limitar las oportunidades de que otros individuos las sustituyan, lo que a su vez genera conflictos que pueden incluso desembocar en revoluciones. Así, esta teoría puede ser vista en ocasiones como una parte de la teoría social evolucionista o, a veces, como parte de una percepción fuertemente influida por visiones tales como la de Marx o la de von Stein.

Actualidad

Desde el punto de vista moderno, y a partir de la crítica desde la visión dialéctica al funcionalismo,<ref> "Hacia fines de 1950 y en la década de 1960 el funcionalismo estructural de Parsons es objeto de diversas críticas, entre ellas ser políticamente conservador, incapaz de tratar el cambio social, debido a su interés por las estructuras estáticas, e inadecuado para comprender correctamente el conflicto social. En el esfuerzo de algunos sociólogos por integrar el interés por la estructura con el interés por el conflicto, se origina la Teoría del conflicto" María del Pilar Rodríguez; [http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/Conflicto%20%20y%20cambio%20social.pdf. “Conflicto social y cambio social: respecto, ver : http://sociologia.fsoc.uba.ar/programas/ts/ts276.pdf </ref>

En las interpretaciones de los diferentes autores, normalmente identificados con una escuela, la explicación se entiende de diferente manera si se refiere al sistema social en su conjunto totalizador o a la estructura social, que es el soporte teórico del sistema. Al mismo tiempo debemos situar el elenco de valores en un lugar designado y preciso, que es el sistema social. Desde el punto de vista funcional la cuestión se centra en considerar el conflicto como dinámica social hacia el consenso, una desigualdad estructural que se resuelve en una nueva integración social.

Sin embargo, no parece ser posible explicar con ese soporte teórico otros aspectos más extremos del conflicto, tales como la revolución y la guerra. Quizás la primera es predecesora de la segunda y se originen en una primera fase del conflicto, el cual se falle en encontrar posiciones de consenso.

En efecto, algunos autores han conceptualizado la guerra como una tentativa de superar conflictos internos a través de la "externalización" de los mismos.<ref> Hans-Ulrich Wehler, "Einleitung" in Eckart Kehr, Der Primat der Innenpolitik, ed . Hans-Ulrich Wehler (Berlin, 1965), Ver también: Arthur Lloyd Skop: The primacy of Domestic Politics: Eckart Kehr and the Intellectual Development of Charles A Beard </ref><ref> Ver también: J Gabriel Tokatlian: ¿Tensiones cándidas en Latinoamérica? y Guillem Martínez: EL TUNNING SENTIMENTAL: “El víctimismo es la dinámica del enemigo. EL victimismo consiste en hacer de la lucha antiterrorista la primacía en la política interna y externa –como, glups, en los USA-, en detrimento de otras políticas. O, mejor, en detrimento de la transparencia de las otras políticas. El victimismo también supone el clásico europeo de tener un enemigo interno, frente al que es imposible el diálogo y la convivencia, y al que es necesario acotar una solución final.” </ref>

De acuerdo a Norberto Bobbio y otros, esta última percepción se ha transformado en la visión generalmente aceptada en el mundo occidental,<ref> Norberto Bobbio, Nicola Matteucci, Gianfranco Pasquino: de política, p 1343 </ref>

Teorías del conflicto social

Las teorías de todo conflicto social buscan explicar como la sociedad necesita tanto leyes y estabilidad como desacuerdo y a fin de lograr Integración social lo que puede conseguirse ya sea con consenso o con coacción. En cualquier caso, el conflicto es el factor del progreso, que se basa en la formación de grupos de cambio y acción social, a fin de obtener la integración, mediante pactos o acuerdos con el resto de los actores o sectores sociales, de nuevas relaciones o estructuras, que propician los grupos de presión o interés de los artífices del cambio.<ref> Coser, Lewis A.: “Nuevos aportes a la teoría del conflicto social.” (1970). Amorrortu.</ref><ref> Pedro Luis Lorenzo Cadarso: “Las nuevas teorías del conflicto social” en Fundamentos teóricos del conflicto social p 38 y sigs (acceso parcial) </ref><ref> Germán Silva García: LA TEORÍA DEL CONFLICTO </ref><ref> Nora Femenia: Una Teoría Postmoderna del Conflicto Social </ref><ref> Benjamín Tejerina Montaña: LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS DEL CONFLICTO SOCIAL. ALGUNAS DIMENSIONES ANALÍTICAS A PARTIR DE K. MARX Y G. SIMMEL </ref> (Ver también Bien común)

Guerra como conflicto social

Desde el punto de vista socio-filosófico se han avanzado muchas teorías acerca del origen y causas de las guerras. En consecuencia, parece conveniente tratar de clasificar, muy en general, tales teorías en dos grandes divisiones: una ve la guerra como producto racional de ciertas condiciones, primariamente condiciones políticas (célebremente, Carl von Clausewitz argumento que la guerra es la continuación de la política por otros medios<ref>Carl von Clausewitz: De la Guerra</ref>) y otra "irracionalista", producto de una tendencia, en el fondo irracional, de los seres humanos.

Teorías irracionalistas

Las teorías irracionalistas pueden aproximarse desde dos puntos de vista:

Buddhist-Christian Studies - Volume 26, 2006, pp. 231-235 </ref><ref> Shadia B. Drury: Augustinian Radical Transcendence: Source of Political Excess Journal article by Humanitas, Vol. 12, 1999 </ref> o emociones.<ref> Alexander Moseley A Philosophy of war </ref><ref> RALPH PETERS War’s irrational motivators </ref> El extremo lógico de esta visión -que el hombre es un animal inherentemente violento, situación que demanda la expresión ocasional de tales tendencias- se encuentra en algunas explicaciones ya sea psicológicas del origen de la guerra<ref> por ejemplo, E.F.M. Durban o John Bowlby </ref> o de la psicología social (ver, por ejemplo: Experimento de Robber's Cave)

Teoría de la guerra como actividad racional

La visión alternativa, de la guerra como actividad racional, se basa en dos percepciones. La original de von Clausewitz acerca de la guerra constituyendo la persecución de (objetivos de) la política por otros medios y una percepción posterior (implícita en von Clausewitz) que indica que se recurriría a la guerra cuando se estima que las ganancias superan a las perdidas potenciales (es decir, a través de un análisis de costo-beneficio). A su vez, se pueden distuinguir dos posiciones:

  • La teoría de la primacía de las políticas domésticas: se encuentra, por ejemplo, en las obras de Eckart Kehr y Hans-Ulrich Wehler (op. cit), Para esta posición, la guerra es el producto de condiciones domésticas. Así, por ejemplo, la Primera Guerra Mundial no fue producto de disputas internacionales, tratados secretos o consideraciones estratégicas, sino el resultado de condiciones socio políticas (incluyendo económicas) que, a pesar de ser comunes a varias sociedades, hacían sentir tensiones a cada una de ellas en forma interna, tensiones que solo se pudieron resolver a través de la guerra.
  • La teoría de la primacía de la política internacional, que se encuentra, por ejemplo, en la concepción de Leopold von Ranke, de acuerdo a quien es la decisiones de estadistas motivados por consideraciones geopolíticas las que conducen a la guerra.

Concepto en Colombia

Entendiendo que el conflicto no es necesariamente violento, sino constituye comportamiento inherente al ser humano que naturalmente manifiesta incompatibilidades o contradicciones en su relación con otros, y en esta medida puede ser una oportunidad de transformación; es necesario entonces definir los límites de esa contradicción entendiendo que los conflictos pueden ser de índole tanto personal como social. En esta medida, el conflicto personal involucra a individos que entran en disputa en un ámbito privado, mientras que los sociales pueden manifestarse inter o intragrupales, inter o intraestatales, inter o intraorganizacionales, según la naturaleza del conflicto y los agentes que involucre.

Bajo estas premisas, la presente nota se concentra en desarrollar una propuesta de concepto sobre el conflicto social como eje de análisis. En este sentido, Adam y Reynaud (Adam & Reynaud, 1979)<ref>Adam, G., & Reynaud, J.-D. (1979). Conflictos de Trabajo y Cambio Social. España: Ibérico Europea de Ediciones</ref> definen el conflicto social como “la continuación de la negociación por otros medios". El conflicto, al ser un choque de intereses, puede tomar dos vías: una institucionalizada por medio de la negociación y el diálogo, y otra que implica el uso de medios violentos y amenazantes. Según Coser, el conflicto “es una lucha respecto a valores y derechos sobre estados, poderes y recursos escasos, lucha en la cual el propósito es neutralizar, dañar o eliminar a los rivales” (Coser, 1961)<ref>Coser, L. (1961). Las funciones del conflicto social. México: Editorial Fondo de Cultura Económica.</ref>, es decir que el conflicto social es un choque de intereses que tiene el objetivo de eliminar al otro y, por lo tanto, es una lucha de poder.

Por su parte, el Programa de Apoyo para una Cultura de Paz y el Fortalecimiento de Capacidades Nacionales para la Prevención y el Manejo Constructivo de Conflictos PrevCon – PCM (Tanaka, Zárate, & Huber, 2011)<ref>Tanaka, M., Zárate, P., & Huber, L. (2011). Mapa de la Conflictividad Social en el Perú. Lima: Ed. Ludens Sac.</ref>, entiende que todo conflicto social por lo general implica implica por lo menos tres elementos:

  1. Un tema de controversia, donde dos o más intereses se contraponen.
  2. La acción colectiva por parte de cuando menos un grupo de ciudadanos. Especialmente aquellas formas de acción colectiva con mayor impacto y repercusión pública, que pueden ir desde los espacios locales, regionales, nacional, e incluso hasta un nivel transnacional. Es importante considerar que el sentido de la acción colectiva es materia de disputa y conflicto no solo frente al Estado o actores privados, sino también dentro y entre las propias comunidades.
  3. La acción del Estado como centro de disputa. El Estado se ve involucrado centralmente en los conflictos, ya sea porque su actuación como promotor de alguna política es cuestionada, porque no cumple con la función de regular la actividad de actores privados o garantizar el ejercicio de derechos ciudadanos, o porque se le pide atención, acceso a recursos, o porque se cuestiona el uso de los mismos por alguna autoridad. (Tanaka, Zárate, & Huber, 2011)<ref>Tanaka, M., Zárate, P., & Huber, L. (2011). Mapa de la Conflictividad Social en el Perú. Lima: Ed. Ludens Sac.</ref>

En similiar enfoque, la investigación realizada por PNUD y la Fundación UNIR, se desarrolla a partir de la noción del conflicto social, como un proceso de interacción contenciosa entre actores sociales e instituciones, movilizados con diversos grados de organización y que actúan colectivamente de acuerdo con expectativas de mejora, de defensa de la situación preexistente o proponiendo un contraproyecto social. (Calderón Gutierrez, 2011)<ref>Calderón Gutierrez, F. (2011). Los Conflictos Sociales en América Latina. PNUD & Fundación UNIR. Bolivia: Editorial Plural</ref>

“Un conflicto social surge cuando un grupo social, actor o movimiento social (obreros, empresarios, campesinos, indígenas, maestros, movimiento cívico, estudiantes, gremiales, universitarios, etc.) expresa una situación de malestar colectivo de forma hostil a través de demandas y medidas de presión violentas (huelgas, marchas, motines, movilizaciones, tomas de instalaciones, paros, revueltas, etc.) contra alguna instancia, generalmente pública (presidente, gobierno central, gobiernos locales) o privada (empresarios, asociación o empresa particular) que considera responsable(s) de dicha situación. Esta definición de conflicto restringe el campo de indagación y se focaliza en los agentes, las tipologías y las formas del conflicto que encarnan más directamente la relación entre Estado y sociedad civil (en particular, entre institucionalidad y movimientos sociales, como expresión organizada, activa y movilizada de la sociedad civil).” (Calderón Gutierrez, 2011)<ref>Calderón Gutierrez, F. (2011). Los Conflictos Sociales en América Latina. PNUD & Fundación UNIR. Bolivia: Editorial Plural</ref>

Notas y referencias

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Véase también

Enlaces externos

Bibliografía adicional

  • Jeffrey D. Sachs: "Conflicto social y políticas populistas en América Latina".- en Revista de Estudios Económicos, (El Colegio de México, Centro de Estudios Económicos) 1990, vol. 5, issue 2, pages 231-262